Empresas se aferran a calidad, se certifican y alcanzan el éxito

julio 2, 2012 12:38 am . .

Las empresas que quieren ser exitosas en exportación y generar empleos y divisas tienen que aferrarse a la calidad, o su futuro no será muy promisorio.

Este y otros planteamientos surgieron de una extensa conversación sostenida en el Desayuno Económico de elCaribe con  ejecutivos de cuatro empresas que, luchando contra todas las adversidades lograron certificarse bajo la Norma ISO 9001: 2008.
Se trata de las empresas Macadamia La Loma, Viveneca, Laboratorio San Luis y PH Mercantil SRL. Un elemento común en todas estas firmas es que han tenido la responsabilidad de generar riquezas a través de la eficiencia al conseguir la certificación.

“En la medida que las empresas se certifican apoyan el medio ambiente, porque no hay nada que destruya más que la ineficiencia de una industria ineficiente”, planteó Jesús Moreno, presidente de Macadamia la Loma, y expresidente de la Asociación de Empresas Industriales de Herrera (AEIH).

En República Dominicana hay 114 empresas certificadas ISO, de las cuales 40 lo han logrado gracias al programa de la AEIH, que se empeña cada día en las mejoras de las industrias de su circunscripción.

“Estamos gastando mucho, por tanto, tenemos que exportar mucho. La calidad de empleos y divisas están en estas empresas certificadas que hoy son pequeñas y medianas pero que seguirán creciendo”, sostuvo Jesús Moreno, con dejo de optimismo.

Citó el caso de Alemania, donde el éxito económico se sustenta en los aportes de las pequeñas y medianas empresas (pymes), “sin que eso signifique que esa nación trabaja más que otras, sino que la sociedad promueve que a las pymes les sea fácil amar la calidad y los sistemas de seguridad son menos costosos para ellas”.

Mientras, Luisa María Velásquez, presidenta de Laboratorio San Luis, resaltó que ha sido un gran logro haber certificado esa firma, porque esa condición significa un mayor reto, desde la persona que barre en la industria hasta el puesto ejecutivo. Se refiere a que el trabajo debe envolver la producción, los almacenes, los vehículos que transportan las materias primas, el servicio al cliente, los vendedores y otros actores del proceso.

“Es una certificación que no es solo nacional, sino que existe una competencia (en el buen sentido de la palabra) muy fuerte, entre laboratorios como los de este país, que tienen el mismo nivel de calidad que los internacionales”.

Mirada al exterior
Según la visión de Velásquez, las empresas deben hacer gran énfasis en la exportación. Y como muestra de que su empresa tiene claro ese punto, informó que exporta hacia Haití y tiene los ojos puestos en Centroamérica.

“Estamos ya en competencia directa con las demás empresas que como nosotros están en la farmacéutica”, apuntó.

Para obtener la certificación de ISO debe transcurrir aproximadamente un año y los concursantes deben cumplir rigurosamente una serie de requisitos.

Luis Pérez, de PH Mercantil, una empresa de soluciones integrales en corte y soldadura, sostiene que el negocio tiene una clara visión de seguir sirviendo a los sectores industriales a través de su línea de productos, agregando valor a la operación de los clientes.

En su afán de priorizar la calidad y alcanzar la anhelada certificación, los industriales han tenido que luchar contra una serie de adversidades, propias de las debilidades de República Dominicana,  según rememora Belkis Santana, de la empresa Viveneca, especializada en puertas, ventanas y persianas.

Entre esas dificultades cita las precariedades del sistema eléctrico como punto número uno.

“Producir aquí no es tan fácil, especialmente por la electricidad que afecta la producción nacional y por las inversiones que debemos realizar para suplir esos vacíos y poder satisfacer los clientes como merecen”, indicó. Otro factor ha sido la baja calidad de la mano de obra local.

Mentalidad abierta
Paola Moreno, de la empresa Macadamia la Loma sostiene que haber alcanzado la certificación ISO es una oportunidad para lograr la competitividad.

Refiere que su proyecto prepara la zapata para responder al mercado internacional con un alto nivel de calidad y competitividad cuando comiencen a llegar pedidos, pues la empresa aún no exporta.

“El proceso de certificación fue interesante y creo que el mayor reto a alcanzar es el cambio de mentalidad a todos los niveles de la empresa y adaptarnos a que los procesos hay que llevarlos con cierto orden”, sostuvo.

Las empresas utilizan fórmulas para medir resultados a partir de la certificación internacional.

Wendy Chahín, de Laboratorio San Luis, sostiene que se realizan encuestas para ver cómo han ido cambiando los requerimientos que se tenían de los clientes y cómo se han ido mejorando los procesos, los productos y los nuevos lineamientos que debe trazar la empresa.

De su lado, Diana Rosado, de la empresa Viveneca, sostuvo que la inversión para certificarse es alta, porque para ello se requieren una serie de mejoras en la empresa.

La norma ISO 9001 de 2008, es  elaborada por la Organización Internacional para la Estandarización y especifica los requisitos para un sistema de gestión de la calidad que pueden utilizarse para su aplicación interna por las organizaciones.

La certificación toma en cuenta, el caso de las industrias, desde la calibraciones en las maquinarias, el almacenaje y el manejo de insumos. l

Puntos vitales para alcanzar la meta

Jesús Moreno sostuvo que hay que tener fe en Proindustria y apoyar y fortalecer esa institución, porque está respaldando a las pymes, y planteó que las marcas dominicanas deben empeñarse en certificarse para ser líderes mundiales, “y lo mismo las entidades públicas, que como el Instituto de Innovación en Biotecnología e Industria ya lo hicieron”.

Lo ideal es que las empresas que desean certificarse tengan una consultoría de las agencias que operan en el país. Los consultores no ejecutan procesos, sino que orientan. También es importante constituir auditores internos, de suerte que cada miembro en la empresa vele porque los procesos se lleven bien.

Se auditan luego las distintas áreas y si no responden a los niveles o exigencias de la Norma ISO, se corrigen las debilidades.

En detalle, en el proceso de certificación intervienen agencias certificadoras y de consultores. Es importante, además, contar con la sombrilla de una asociación que -como la AEIH- coordine las acciones.

Lo que procede es que las empresas soliciten ser evaluadas para la certifición y que se preparen para “pasar la prueba”. En el proceso, el certificador y el consultor son independientes.

El consultor es una especie de aliado de la empresa y el certificador es imparcial.

POR MARTÍN POLANCO
Publicado en el Diario Libre

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