Los distribuidores de productos japoneses en la República Dominicana, entre ellos los de electrodomésticos y vehículos de motor, deben estar contentos. El yen, la moneda japonesa, llegó al nivel más bajo frente al dólar en cuatro años y medio, haciendo que el precio en dólares de los productos japoneses baje. Durante varios años las ventas de esos productos han sufrido por la apreciación del yen frente a otras monedas, pero ahora se abre la posibilidad de competir con los productos coreanos, europeos y estadounidenses.

La baja del yen ha sido deliberada. El nuevo gobierno japonés combinó emisiones monetarias, aumento del gasto público y medidas para estimular la producción, creando expectativas de que el yen bajaría de valor. Los japoneses, que usualmente prefieren invertir en valores de su propio gobierno y empresas, reaccionaron adquiriendo más bonos extranjeros a fin de protegerse de la esperada baja del yen. Y como suele ocurrir, las expectativas se cumplen ellas mismas.

Los datos del último trimestre parecen validar la política del gobierno. La economía creció un 3.5% respecto del año anterior, el más alto en un año, superando a los Estados Unidos, y por supuesto a Europa que está en recesión. Las exportaciones crecieron por la caída del yen, y el consumo personal subió por el efecto psicológico de mayor riqueza derivado del alza del 70% en el precio de las acciones que el estímulo monetario ha generado.

Pero las empresas japonesas siguen cautas. No han incrementado aún sus inversiones en plantas e instalaciones, ni elevado el pago de dividendos, ambas cosas necesarias para sustentar la expansión económica.

Aunque en la práctica es así, los japoneses no dicen que su objetivo es devaluar su moneda para exportar más, pues hay un compromiso internacional de no hacerlo. Dicen que su meta es combatir la deflación y aumentar el crecimiento, y que eso beneficiará a todo el mundo.

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