Bajar los precios o subir los salarios, el dilema de la vivienda privada en el país

agosto 6, 2013 2:13 pm . .

SANTO DOMINGO.- Un tema quedó claro en la Cuarta Mesa de la Construcción que se realizó a mediados de esta semana: si no se abarata el precio de las viviendas privadas o se incrementan los salarios de la gente, poco a poco el sector verá como la distancia entre la oferta y  demanda se hará cada vez más grande, los proyectos tardarán más en venderse, y así toda una industria languidecerá, porque quienes pudieran comprar una vivienda son muy pocos o no tienen los recursos necesarios. habla

Adquirir una vivienda es una de las decisiones más importantes que puede tomar en su vida financiera una persona, especialmente los trabajadores, porque implica destinar una cantidad importante de recursos presentes y futuros a la compra de un bien que no reporta ingresos pero que sí tiene una importancia capital para la tranquilidad. El detalle está en que el 53% de los empleados ganan salarios que rondan los RD$10,000 además que un porcentaje ligeramente mayor se encuentra en la informalidad.


La demanda anual de viviendas se incrementa en 20 mil unidades, según el Invi.

Los constructores están al tanto de esta realidad. Saben por un estudio hecho en abril que en el país hay un mercado potencial paralizado por los precios, que ronda las 372,832 viviendas donde el 58% se encuentra en el Gran Santo Domingo. Además, según estadísticas de la Fiduciaria BHD, la mayor oportunidad de venta (38%) está en casas cuyo valor no pase de RD$1.25 millones, seguidas de las de RD$2.5 millones (26%), RD$4.3 (21%) y 6.25 (15%). La distancia entre el precio y la posibilidad de compra hace que por ejemplo en las zonas urbanas sólo el 30% de lo que quieren comprar viviendas pueden hacerlo.

Sin embargo, con todas las limitaciones, la venta de viviendas es un negocio lucrativo que según la fiduciaria en este momento es de RD$204,107 millones para los promotores y RD$163,286 para las entidades de intermediación financiera.

Conociendo esto, el camino a seguir ha sido demandar del Gobierno las facilidades para abaratar los costos de la construcción, y de este esfuerzo el fruto ha sido la Ley 189-11 sobre Mercado Hipotecario que con la entrada gradual de sus reglamentos permite que se otorgue un bono de descuento para las viviendas cuyo precio no supere los RD$2 millones.

Mientras esta ley y sus incentivos entran totalmente en funcionamiento, a través de la Dirección General de Impuestos Internos el Gobierno otorgó en mayo, y vigente hasta octubre, una exoneración del ITBIS a todas las viviendas que no cuesten más de RD$2 millones.

Según Alma Fernández, directora del Instituto Nacional de la Vivienda, por concepto de este descuento se han acreditado RD$952 millones en 7,400 viviendas clasificadas como viviendas de bajo costo en sólo cinco proyectos.

También de la liberación del encaje legal del Banco Central el sector recibió RD$5,000 millones, lo que garantizó préstamos a tasas bajas y en plazos de entre cinco y seis años.

Pero esto aún no es suficiente. 

Fermín Acosta, presidente de Acoprovi. Foto: Luis Gómez

El miércoles en la Mesa de la Construcción, Acoprovi que es la Asociación de Constructores y Promotores de Viviendas, en voz de su presidente, Fermín Acosta, señaló que queda pendiente un mejor funcionamiento de la ventanilla única de Ley 189-11, la extensión de los beneficios fiscales de viviendas económicas a los trabajadores informales, la reducción de la demora en la emisión de los títulos de propiedad manejado por los jueces del Tribunal de Tierra, y además la formalización de los trabajadores de la construcción, de manera que aunque sólo sean contratados por proyectos, sí exista una especie de aval que facilite el empleo formal.

La reacción del presidente
El detalle con todos los reclamos fueron reiterados ante la presencia del presidente de la República, quien durante su turno a la palabra les dijo a los constructores que la prioridad en su administración pública no es la construcción de viviendas, sino sentar las bases para que aquel ciudadano cuyo salario no le alcanza para comprar adquirir su techo propio en algunos años mejore su calidad de vida y pueda hacerlo.

«Gente que no tiene ni siquiera seguro de salud, no podemos pensar en hacer viviendas para ellos, porque no las van a poder comprar», puntualizó Medina. En una frase que podría significar el punto y final para las medidas de incentivo de las que hasta el momento ha disfrutado el sector, por lo menos en el presente inmediato.

Medina en la misma actividad también hizo un reconocimiento público a la familia Bisonó y sus desarrollos inmobiliarios de viviendas económicas, quizás señalando a los constructores la línea a seguir. Un reconocimiento hecho escasas horas después de que el Rafael Bisonó dijo ante el auditorio que lo único que los elementos que más afectan la construcción de viviendas en el país son dos: tasas de interés y plazos de pago de los préstamos.

El ejemplo de Colombia
Colombia, cuyo ejemplo de gestión de viviendas fue presentado en la actividad, ya enfrenta desde hace cincuenta años el problema cuando creó el Fondo Nacional de Ahorro en Colombia que junto a la Asociación Nacional de Cajas de Compensación Familiar atacan el déficit de viviendas.

Una de innovaciones de sus sistemas es que permiten a los empleados formales e informales utilizar la cesantía laboral antes de ser despedidos y esos recursos los pueden utilizar para la compra su vivienda, pero también lo pueden dedicar a la cultura, la educación. Sólo la asociación de cajas tiene pautado hacer este año 150,000 viviendas.

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