Cadenas de distribución

junio 7, 2013 7:15 am . .

Hay quienes lamentan el avance que las cadenas de tiendas están teniendo en todo el mundo. Echan de menos los pequeños establecimientos familiares y la experiencia de comprar en ellos. Entrar a uno de esos comercios era una mezcla de negocio y visita social. El propietario o su familia estaban al frente, prestos para saludar al cliente por su nombre y entablar una conversación sobre algún asunto de actualidad, aunque fuese algo trivial. Se regateaban precios y el crédito era señal de confianza personal.

Las cadenas han cambiado todo eso y, según varias evaluaciones, siguen desplazando a los pequeños comercios familiares, desde México a Sudáfrica, China, Indonesia o la República Dominicana. Comienzan en las grandes ciudades y van conquistando paulatinamente mercados de menor tamaño. El crédito lo dan los bancos con sus tarjetas, no los comercios; los dependientes y supervisores cambian de un día para el otro; y disminuye la posibilidad de negociar los precios.

Y el campo de batalla se está ampliando. Vencidos los comercios familiares, las cadenas compiten entre ellas con promociones, descuentos, garantías y otros atractivos. El consumidor se beneficia y la economía crece.

Un aspecto interesante revelado por las evaluaciones realizadas es que muchos pequeños comerciantes han optado por convertirse en distribuidores de artículos bajo el régimen de franquicias. Ese esquema les permite mantener un cierto grado de independencia y subsistir frente a las grandes cadenas de distribución.

Por el reducido tamaño del mercado de la República Dominicana, las grandes cadenas internacionales de distribución directa se han mantenido alejadas, con pocas excepciones como Carrefour, Price Smart e Ikea. Los grandes nombres a nivel mundial no están, como Wal-Mart, Costco, Home Depot, Target y Best Buy, entre otros. El mecanismo de franquicias, sin embargo, ha proliferado más, sobre todo en ropa, comida y servicios diversos.

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