Camino desconocido

julio 3, 2012 7:43 am . .

Paso a paso, los europeos se aproximan a una unión económica más completa. Lo hacen forzados por las circunstancias, transitando por un camino desconocido.

A primera vista, la fuerza que los está obligando a hacerlo es el euro, moneda común para varios países, al cual se dice hay que salvar sea como sea. Viéndolo más detenidamente, sin embargo, más que del euro por sí mismo, la presión surge de las pérdidas que individuos, empresas y gobiernos podrían sufrir si uno o varios de los países miembros del euro dejaran de usarlo.

La mayoría de las monedas que sustituirían al euro valdrían menos que él, lo que implicaría una difícil conversión de deudas, cambios en los flujos comerciales, degradaciones de carteras de créditos, aumentos de precios, fugas de capitales, rebajas de acciones y desarticulación de planes conjuntos de infraestructura.

Ante esas ominosas perspectivas, la eurozona dio algunos pasos adicionales hacia la «solidaridad financiera» a la que países como España, Grecia e Italia aspiran, pero a la que otros, como Alemania, Holanda y Austria, se oponen. Entre esos pasos está que el fondo europeo de rescate preste directamente a los bancos, en lugar de hacerlo sólo a los gobiernos, participar en los mercados de bonos para evitar que los intereses suban demasiado y crear un ente común para supervisar los bancos.

Se aprobó además un fondo para estimular el crecimiento económico, especialmente para complacer a los franceses.

Y a todo eso se añadieron unas declaraciones visionarias acerca de una Europa del futuro más fortalecida, con un presupuesto común, bancos conjuntos y una eventual unificación política.

Las crisis no suelen ser buenas consejeras. Aún con su tono optimista, las medidas anunciadas son un compromiso precipitado por la crisis, en que cada país tuvo que aceptar algo con lo que no está de acuerdo y de lo que querrá liberarse tan pronto pueda hacerlo.

POR GUSTAVO VOLMAR

Publicado en el Diario Libre

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