Compromisos de gastos

octubre 11, 2012 5:29 am . .

Tomemos una familia de clase media. Al igual que el gobierno, tiene préstamos por pagar, quizás uno hipotecario sobre la casa, o uno con el que compró su vehículo, o el de la tarjeta de crédito.

Tiene que pagar por la educación de sus hijos, lo cual incluye inscripción, mensualidad, libros, cuadernos y materiales para uso en la escuela, que en total es muy probable que represente más del 4% del presupuesto familiar, superando el porcentaje del gobierno.

En cuanto a salud, está obligada a pagar por medicinas, consultas, terapias y, si fuese el caso, hospitalización, a más de que debe pagar su cuota de seguro, el cual habitualmente sólo cubre una parte de las facturas médicas.

La familia tiene que pagar por la energía eléctrica, cuyo costo el gobierno subsidia, pero aún así es de las más caras del continente, además de que tiene que pagar para tener un inversor o una pequeña planta y darle mantenimiento.

La familia debe gastar también para comprar agua, tanto potable como para uso en el hogar. Adquirir gasolina, gasoil o pagar transporte público. Comprar GLP y comida. Reparar enseres de la casa. Pagar el teléfono y quizás internet. Y comprar ropa y uniformes.

En cuanto a entretenimiento, la familia puede que celebre uno que otro cumpleaños, bautizo, boda o algún otro evento. Y podría estar suscrita a un servicio de cable, que es en parte recreación y parte información.

Las empresas, por su lado, tienen sus compromisos de gastos, que al igual que los del gobierno, incluyen salarios, energía, deudas, materiales y demás. Tienen, además, compromisos por contratos y otras obligaciones.

Como para poder pagar más impuestos, tanto las familias como las empresas tendrían que dejar de cumplir con una parte de sus propios compromisos de gastos, el debate de la reforma equivale a decidir cuáles compromisos son más perentorios, ¿los del gobierno o los de las familias y las empresas?

POR GUSTAVO VOLMAR

Publicado en diariolibre.com

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