Consejos y advertencias

julio 19, 2012 5:12 am . .

A medida que se acerca el día 16 de agosto aumenta el número de opiniones acerca de lo que el nuevo gobierno deberá hacer y sobre las cosas que deberá evitar. Dado que el gobierno iniciará sus labores con un déficit fiscal que hay que corregir, es lógico que gran parte de esas opiniones hayan estado dirigidas a tratar la cuestión tributaria y la situación de la electricidad.

Gran parte de las opiniones son simples sugerencias. Son consejos que alguien da a las nuevas autoridades por varios motivos: objetivos patrióticos, convicciones profesionales, intereses personales o esperanzas de participación. Y no siempre provienen de quienes tienen mayores posibilidades de ocupar posiciones.

Pero hay otra parte que tiene un carácter distinto. Más que consejos son planteamientos de lo que es o no es aceptable por quienes los expresan. Son advertencias que equivalen a trazar una línea en el suelo, al estilo del viejo oeste, que no debe ser traspasada.

Los economistas han estudiado durante años los procesos de negociación, que involucran empresas, países, sindicatos y gobiernos. El factor que convierte un consejo en una advertencia es la capacidad de respuesta de quien lo formula en la eventualidad de no ser escuchado. No es lo mismo, por ejemplo, una propuesta individual de un profesional que un planteamiento de una agrupación cuyos miembros generen un porcentaje significativo del PIB, o de las exportaciones, o del empleo industrial, o de las recaudaciones de impuestos. La primera no pasa de ser un consejo, pero la segunda tiene las condiciones requeridas para ser una advertencia.

Por supuesto, tener la capacidad de advertir no es sinónimo de tener la disposición de entrar en un conflicto. Toda confrontación implica daños para las partes envueltas, que podrían superar los beneficios de un resultado favorable. A veces es mejor un mal acuerdo que un buen pleito.

POR GUSTAVO VOLMAR

Publicado en diariolibre.com

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