Construir: ¿para quién?
abril 30, 2013 7:39 am . Noticias.
Con la gran caída en meses recientes de la actividad construcción en el país, innumerables ingenieros, arquitectos y promotores se me acercan pidiendo mi opinión acerca del camino que debe recorrer sus acciones futuras.
La inquietud de estos constructores me asombra, sobre todo sabiendo que el mes pasado Acoprovi, entidad que aglutina a constructores y promotores de viviendas, hiciera público un estudio acerca de la oferta y demanda de viviendas en zonas urbanas del país.
Los resultados del estudio indican resultados similares a lo que está pasando con las obras públicas estatales: hay que dejar atrás las magnas construcciones y concentrase más en obras de menos escala.
Menos megaobras y más aulas. Menos torres lujosas y más viviendas populares. Veamos.
Hay casi 400 mil hogares urbanos procurando viviendas, con una demanda real de unas 150 mil viviendas. Si se diesen ciertas premisas, como el bono contemplado en la ley 189-11, se podría llegar a una demanda potencial que calculan sobrepasaría los 900 mil hogares.
Dentro de esta demanda, la de los que buscan viviendas, los interesados se dividen entre unidades unifamiliares y apartamentos, prefiriendo el primero. Pero el reto está en que menos de la mitad de la demanda real percibe ingresos superiores de los RD$ 30,000, y muchos de estos están en la calificación económica de “informales”.
Lo que sí representa una oportunidad es que el 65 por ciento de los que buscan viviendas estarían dispuestos a pagar un precio cercano a los 2 millones de pesos.
Por lo tanto, amigo constructor o promotor, ahí está su reto: viviendas que promedien por debajo de 2 millones, con iniciales reales cercano a los 100 mil, y cuotas menores a 10 mil e incorporando informales al mercado formal. Punto.
La solución es asunto de matemáticas, ingenio, innovación y voluntad.