Cuestionando el éxito
febrero 21, 2013 7:34 am . Noticias.
Si se usa correctamente, a un país le conviene tener una moneda propia, pero a Ecuador le ha convenido mantener al dólar como la moneda circulante en el país.
La razón es que ha evitado la tentación de fijarle un precio «oficial» demasiado alto a su moneda, algo frecuente en otros países ricos en petróleo o minerales por varias razones, entre ellas, porque les ayuda a rebajar el costo de la vida, haciendo que los bienes importados cuesten menos. Y porque les permite favorecer algunas actividades y empresas, y desalentar otras, asignando divisas baratas a unas y no a las otras.
Pero como esos gobiernos derivan la mayor parte de sus ingresos de las exportaciones en dólares, el tipo de cambio artificialmente alto rebaja el valor de esos ingresos en moneda local, agravando su proclividad al déficit fiscal.
Lesiona también a los exportadores de otros productos, merma las reservas de divisas, altera la rentabilidad de las inversiones, distorsiona el sistema de precios, promueve la especulación y crea incertidumbre en la economía, pues se sabe que tarde o temprano habrá que ajustar abruptamente el tipo de cambio.
Ecuador se libró de esos problemas al seguir usando el dólar, pero los críticos del gobierno señalan que por usarlo se ha convertido en un eslabón atractivo para las transacciones con drogas. Y añaden que la economía del país tiene los pies de barro, pues depende del petróleo y recibe mucho menos inversiones extranjeras que otras naciones sudamericanas.
Pero hay que decir que en Brasil, Chile y otros lugares, el gran problema han sido las inversiones extranjeras que especulan con que las monedas nacionales subirán de valor frente al dólar y el euro.
Crean un mar de capitales fugaces y perjudican la competitividad de esos países. En Ecuador no ha sucedido así, porque su moneda es el dólar, pero entonces se le critica porque las inversiones extranjeras son más bajas.