Distribución del crédito

agosto 1, 2012 7:47 am . .

Como uno de los puntos débiles de nuestra economía se ha venido señalando que los préstamos de los bancos no están llegando a los sectores «productivos». La propia distinción entre los que son y los que no son productivos es difusa, pero aún si aceptamos que la distribución de los créditos no es la que quisiéramos que fuese, queda por definir qué hacer al respecto.

La primera responsabilidad de los bancos, en su condición de intermediarios financieros, es velar por la seguridad de los fondos que el público les ha confiado, lo que significa priorizar su recuperación. Las regulaciones vigentes reflejan esa prioridad, penalizando todas las clases de riesgo que afectan a los bancos, obligándoles a incrementar su capital y anticipar posibles pérdidas.

Pero eso no implica que los créditos tengan necesariamente que ir a los sectores de menor riesgo. El flujo será hacia donde la combinación de rentabilidad y riesgo sea más atractiva. Los créditos a sectores de mayor riesgo pueden ser preferidos si su rentabilidad más que compensa la incidencia de un más alto porcentaje de descalce o morosidad. Lo que no va a ocurrir es que la banca priorice los créditos que combinen altos riesgos y baja rentabilidad. Desde ese ángulo, el crédito es más un resultado que una causa del dinamismo de los diferentes sectores.

En consecuencia, para que la distribución del crédito cambie habría que modificar los riesgos y rentabilidades relativos de los sectores, abordando asuntos como coberturas de seguros, fondos de garantía, costo de la energía, sistemas de transporte, impuestos, calificación de los recursos humanos, cadenas de suministro y otros similares.

Por supuesto, otra vía sería alterar las regulaciones para «orientar» los préstamos, cambiando las normas y creando encajes selectivos, volviendo a esquemas pasados. En el presente contexto externo adverso, esa opción no luce probable.

POR GUSTAVO VOLMAR

Publicado en diariolibre.com

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