Desde 2009 hasta septiembre de 2016, los préstamos concedidos a los sectores privados y públicos y diferentes ramos de la economía por el sistema financiero dominicano aumentaron RD$586.968 millones (180%) a RD$916,793 de RD$329,826 millones, con una evidente distribución favorable a los primeros, tanto en gravitación proporcional estructural (90.73%) como en participación relativa en el crecimiento total (98.75%).

Mientras los préstamos totales del sector privado crecieron RD$577,271 millones, a una tasa promedio anual de 18.61%, de RD$273,001 a RD$850,272 millones; los del público apenas escalaron 9,697 millones, a una tasa media de 12.50%, de RD$56,825 a RD$66,522 millones.

A su vez, los financiamientos del sector privado ascendieron, según orden de importancia, primero a los individuos: 24.37% en promedio por año a 377,940 de RD$90,704 millones -en especial 26.40% como media al consumo a RD$228,302 de RD$47.255 millones; y, luego, a la producción: 17.94% en promedio de RD$138,701 a RD$414,146 millones -incluyendo de manera particular las industrias extractivas: 84.83% como media a RD$1,916 de RD$501 millones y las empresas de electricidad, gas y agua: 26.11% en promedio a RD$10,584 de RD$2,655 millones.

Esta orientación privilegiada de los fondos prestables a las personas se reconfirma mediante su relativo alto peso de 36.22%, incluyendo 20.26% al consumo, y, sobre todo, la participación proporcional en el incremento de los préstamos entre 2009 y septiembre de 2016 de respectivamente 48.94% y 30.84% en la estructura total del financiamiento; frente a la producción en general de 43.37% y 46.93%.

En efecto, la reducidas proporciones de las ramas productivas económicas en la estructura y variación de los préstamos se constata sucesivamente en las explotaciones extractivas: 0.31% y 0.24%; las corporaciones de electricidad, gas y agua: 0.95% y 1.35%; las plantas manufactureras: 5.56% y 6.49%; las plantaciones agropecuarias: 4.20% y 4.85%; las empresas constructoras: 6.87% y 9.63%; las instalaciones de hoteles y restaurantes: 2.40% y 6.61%; las microempresas: 2.27% 2.56%; las compañías de almacenamiento y comunicaciones: 1.31% y 1.23%; las inmobiliarias: 0.85% y 3.62%; y los establecimientos comerciales: 18.64% y 10.35%.

Es importante destacar que desde 2011 hasta septiembre de 2016, la subida relativa de la gravitación de los préstamos al consumo de 16.42% a 24.90% en la estructura prestable y de 19.26% a 72.01% en el acrecentamiento del financiamiento implicó en consecuencia una bajada proporcional del comercio, en sendos casos, de 22.23% a 16.65% y de 42.40 a 19.89%.

Por igual en ese lapso, exclusivamente en el marco de los préstamos destinados a las actividades productivas, se registró una tendencia bajista en la composición relativa estructural y la incidencia proporcional en el crecimiento de las operaciones de los negocios extractivos de 0.65% a 0.46% y de 1.70% a 1.45%; los planteles agropecuarios de 12.16% a 8.26% y de 11.17% a 10.47%; los centros industriales manufactureros de 12.69% a 11.81% y de 15.36% a 5.47% y, sobre todo, los comercios de 48.22% a 36.87% y de 65.78% a 25.06%.

Por el contrario, se constató una tendencia alcista en las firmas energéticas y acuíferas de 1,67% a 2.56% y de -1.51% a 7.82%; las microempresas de 4.95% a 5.67% y de 4.90% a 5.06%; y las constructoras de 16.31% a 17.31% y de 1.72% a 25.49%.

En resumidas cuentas, la financiación de actividades empresarias y operaciones personales en República Dominicana se ha concentrado, en línea general, en la importación de mercaderías y consumación de bienes duraderos a altos tipos de interés y corto plazo; en desmedro de la producción mercantil y empleabilidad laboral, las inversiones en pequeñas, medianas y grandes empresas en las zonas rurales y urbanas, la construcción de viviendas familiares en barrios y pueblos y la edificación de infraestructura y obras públicas productivas a bajas tasas de interés y largo plazo.

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