Años atrás los comerciantes solían pensar igual que la mayoría de los recaudadores de impuestos. No comprendían que a veces pueden ganar más rebajando los precios, de la misma forma que en ciertas circunstancias se puede recaudar más reduciendo las tasas de los gravámenes. En ocasiones hacían ofertas especiales para introducir una línea nueva, salir de inventarios que no se habían vendido bien, o atraer clientes esperando que compraran también artículos no rebajados. Pero eran ofertas individuales, no colectivas como las de mañana en el viernes negro, cuando las ofertas pueden superar el 40% del precio original.

Limitado originalmente en los Estados Unidos al día después del jueves de acción de gracias, su duración se ha prolongado. Comienza ahora el jueves en la noche y se extiende en algunos sitios hasta el sábado o el domingo. Se espera que 140 millones de estadounidenses visiten las tiendas.

En la República Dominicana varios comercios han anunciado especiales, entre ellos Office Depot, Plaza Lama, la Curacao, Corripio y la Santo Domingo Motors. Pero, en general, falta todavía que los artículos a ser ofertados sean señalados específicamente en los anuncios publicados. Mantener en secreto las ofertas y sólo revelarlas el mismo viernes no tiene mucha lógica, y hace pensar que se teme que pudieran ser superadas por los competidores, si se dan a conocer antes de que ellos revelen las suyas.

En los Estados Unidos suele informarse cuáles artículos estarán en oferta y el número de unidades disponibles de cada uno, y en algunos casos se garantiza que habrá disponibilidad al menos durante las primeras dos o tres horas. No faltan, por supuesto, pleitos y rebatiñas entre compradores.

Aquí muchos comerciantes dicen que los impuestos, la electricidad, las cargas laborales y demás costos no les permiten hacer rebajas significativas, pues sus márgenes ya son mínimos. Dejaremos que el lector juzgue sobre eso.

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