Los dominicanos nos hemos acostumbrado a las ferias de automóviles, auspiciadas en su mayoría por bancos que desean aumentar su cartera de préstamos, lo que ocurre especialmente cuando tienen elevadas disponibilidades de dinero.

Otra feria, esta vez de aviones, está teniendo lugar en Paris, Francia. A ella los dominicanos no vamos a comprar, pues ni siquiera tenemos una línea aérea nacional con vuelos internacionales regulares. Pero compradores de otras naciones sí visitan la feria, ven las últimas novedades, se enteran de nuevos proyectos, discuten precios y cierran negocios. Voceros de la feria, la cual se define a sí misma como el mayor show aéreo del mundo, revelaron ayer que las órdenes colocadas durante las primeras horas de actividades sobrepasaron los US$50,000 millones.

Los principales compradores son aerolíneas y compañías de arrendamiento de aeronaves. Éstas últimas actúan realmente como inversionistas, algo parecidos a las personas que compran apartamentos no para su uso sino para alquilarlos. Muchas aerolíneas, que prefieren no tener que endeudarse para adquirir los aviones, los arriendan a mediano o largo plazo, o de forma temporal para cubrir necesidades estacionales.

Del lado de los vendedores los dos gigantes son Boeing y Airbus, cuya batalla por el mercado recuerda la de Microsoft y Apple años atrás. Es una lucha cuyo armamento son los avances tecnológicos dirigidos a captar mercado en base a reducir los costos de operación, tanto de combustible como de personal. El financiamiento, lógicamente, es importante, pero más relevante son el precio y los contratos de mantenimiento y suministro de repuestos.

Airbus, con su A380 de dos pisos, ha apostado a los grandes aviones y al tráfico centrado en «hubs» y trasbordos. Boeing, con su B787, apostó a aviones más pequeños y livianos utilizables en más rutas. Airbus exhibirá su nuevo A350 para hacer frente al B787.

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