Hay que decir que el informe de ejecución del presupuesto nacional del primer trimestre de este año contiene mejoras significativas en su presentación y en el detalle de los datos. Es explícito, coherente y visualmente atractivo.

La primera conclusión que se extrae del informe es que el gobierno se apretó el cinturón y sólo gastó RD$88,651 millones, en lugar de los RD$103,617 millones presupuestados, y que por esa razón el déficit fiscal no fue de RD$16,440 millones sino de RD$2,569 millones. Sería peligroso, sin embargo, entusiasmarse demasiado y creer que se deben abrir las compuertas del gasto corriente para reactivar la economía.

Por un lado, el 70% de la reducción total de gastos fue en los gastos de capital y sólo el 30% en los corrientes. Y de la baja en estos últimos, el 79% estuvo entre las remuneraciones (25%) y los gastos en bienes y servicios (54%).

Más aún, las cifras mensuales indican que tanto los gastos en remuneraciones como los de bienes y servicios están creciendo. De enero a marzo las remuneraciones pasaron desde RD$6,968 millones a RD$7,127 millones y RD$8,048 millones. Las compras de bienes y servicios también están subiendo, de RD$1,694 millones en enero, a RD$2,292 millones en febrero y RD$3,604 millones en marzo.

Y, por otro lado, los gastos de capital también están aumentando, desde RD$1,042 millones en enero, a RD$3,475 en febrero y RD$6,055 millones en marzo.

Ya existe, por lo tanto, una tendencia al aumento en esos gastos, que de mantenerse podría requerir un ajuste hacia abajo, no hacia arriba, más adelante en el año. Esto así porque sucedió además que los ingresos del gobierno en esos tres meses quedaron cada vez más por debajo de lo presupuestado, a pesar de incluir un adelanto de RD$2,500 millones del impuesto sobre activos financieros y una partida no recurrente de RD$1,029 millones por colocación de bonos a mejor precio que el estimado.

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