Juegos de palabras
abril 30, 2013 7:39 am . Noticias.
Parece que la recesión estimula los juegos diplomáticos de palabras. O puede ser mejor decir que fomenta la hipocresía en las declaraciones sobre políticas económicas.
La última reunión del G-20, la agrupación que reúne a los países de mayor importancia económica mundial, concluyó este mes con una interesante declaración, en la que se dio el visto bueno a que los países sigan emitiendo más y más dinero para dinamizar la actividad económica.
Bendijo de manera especial que Japón se haya sumado ahora a los otros países cuyos bancos centrales están multiplicando la cantidad de dinero en circulación, como si hubiese sido una de esas reuniones de personas en que un círculo de conversos da la bienvenida a alguien que se incorpora a sus filas. Añadió como explicación que las nuevas políticas de emisión del banco central japonés eran necesarias para frenar la deflación. Y no sólo elogió también a Corea del Sur por su nuevo paquete de gastos públicos, sino que concluyó que se requieren aún más medidas para lograr un crecimiento robusto.
La duplicidad estuvo en que se reiteró además el rechazo a que los países propicien sus exportaciones y su actividad económica por vía de políticas que deprecien el valor de sus monedas. Ese rechazo obedeció a que las devaluaciones inducidas alteran el comercio mundial en perjuicio de los países cuyas monedas no se debilitan, traspasando a ellos la recesión.
Pero no se mencionó que el primer efecto de las emisiones monetarias es precisamente rebajar el valor de la moneda, y que es también la mayor competitividad de las exportaciones que esa rebaja provoca uno de los principales estímulos para el crecimiento.
Alabar las emisiones porque aumentan la demanda interna de bienes y servicios y, al mismo tiempo, censurar las devaluaciones monetarias resultantes es sólo un ejercicio retórico, pues ambos efectos son concomitantes y no pueden ser separados.