Según las cifras del presupuesto reveladas por las autoridades, el 84.9% del total de gastos será pagado con ingresos, procedentes en su gran mayoría de recaudaciones de impuestos.

Eso significa que de cada peso que el gobierno gaste deberá tomar prestados unos quince centavos, y que la deuda pública subirá en alrededor de RD$67 mil millones, un 2.7% del PIB.

Pero como durante el año se vencen alrededor de RD$73,422 millones de la deuda que ya existe, el gobierno también tendrá que buscar préstamos para poder pagarla.

Estos préstamos, sin embargo, no harán subir el total de la deuda ya que sólo implicarán el canje de un pasivo por otro.

Y tampoco serán para cubrir parte del déficit fiscal del 2013, ya que fueron los préstamos que serán sustituidos los que se usaron para cubrir déficits, en los años en que el gobierno los tomó.

Como quiera, sea para pagar amortizaciones o para pagar nuevos gastos, el gobierno tendrá que encontrar el próximo año quienes le presten un total de cerca de 140 mil millones de pesos. Es importante observar que de cada peso de ese monto, algo más de la mitad, 52 centavos, se usarán para pagar deudas vencidas.

Ese porcentaje, aunque pueda estar influido por vencimientos de deudas con organismos internacionales, ofrece una medida de la importancia que la deuda pública ya ha llegado a tener respecto del presupuesto, lo cual genera un riesgo significativo para las finanzas estatales.

Dicho riesgo obedece a que las condiciones de los financiamientos que haya que tomar, en cuanto a intereses y plazos, no se conocen sino hasta el momento en que son contratados, lo que expone al gobierno al riesgo de que, para plazos equivalentes, el costo de la deuda aumente.

Puede bajar también, por supuesto, o permanecer igual, pero dado que los intereses han estado bajos en los últimos años, es mayor la posibilidad de que suban y no de que disminuyan.

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