La Gustavo es puro comercio
agosto 3, 2012 6:27 am . Noticias.
Santo Domingo.– Desde su inicio en la avenida Luperón hasta su fin en la Ortega y Gasset, esa avenida horizontal conocida como la Gustavo Mejía Ricart es una vía destinada a albergar casi un solo tipo de inmueble: el comercial. En toda su longitud existen aproximadamente 26 plazas comerciales, que a su vez incluyen negocios de distintos géneros y que van desde los servicios financieros hasta las tiendas de productos artesanales y temáticos.
La gravedad que atrae los negocios hacia “la Gustavo” viene de factores como su privilegiado sentido vial dentro de la ciudad; además, señala Alenny Garabito, presidenta de la Asociación de Empresas Inmobiliarias (AEI), dicha atracción es también producto de la cantidad de personas que por ella circulan, “esto genera un efecto de publicidad visual inmediata, que a su vez hace que aumenten los negocios”.
Al margen de su idílica localización, el poder de su fuerza centrípeta es también un resultado del poder adquisitivo de los sectores que en ella confluyen, clase media alta y clase alta, principalmente. “Son muchos, con un tráfico importante que los une, y un flujo de venta de alta demanda”, apunta Melido Marte, presidente de Remax Metropolitana. Las Praderas, Naco, Piantini y La Arboleda, son algunos ejemplos de la población que habita en algunos puntos de la avenida. Sin embargo, el aumento comercial y el residencial no crecen de forma proporcional.
Descenso residencial
Lógicamente, el desarrollo de la vía comercial trae consigo un mayor tráfico de vehículos, con el que llega un aumento del nivel de ruido, polvo e incomodidades en ocasiones excesivas para las personas que buscan la tranquilidad de un hogar.
En un recorrido por la avenida, LISTÍN DIARIO pudo constatar esta tendencia al apreciarque a lo largo de toda la vía aproximadamente 21 residencias (apartamentos y casas) estaban en venta y 13 se alquilaban. En contraste, los lugares comerciales experimentan un auge y según lo que se pudo observar solo tres se alquilaban, pero hay en curso 6 construcciones, entre ellas algunas torres.
Esta tendencia de lo comercial sobre lo residencial es el futuro que le espera a la avenida. Un pronóstico defendido por los agentes inmobiliarios consultados, quienes aseguran que “cada vez menos gente quiere vivir en zonas tan comerciales”, dice Garabito, de la AEI o que dicho incremento seguirá siendo “constante” y “comercial” en el futuro próximo, según el criterio de Marte, de Remax Metropolitana.
La presencia de nueve oficinas telefónicas, ocho autoadornos, siete bancos comerciales, nueve salones, cinco negocios de venta de carros, cinco supermercados y cuatro farmacias, más tres colegios, una universidad y 25 restaurantes, evidencian solo una parte de la capacidad comercial de la Gustavo Mejía Ricart. Y cuyo fin, por lo menos el comercial, no está acabado porque en la arteria existen espacios vacios o abandonados donde se pueden construir plazas o edificios comerciales, como es la usanza.
Constraste
Enclavado en el medio de la Gustavo Mejía Ricart hay un hogar religioso de monjas católicas que ofrece una viva imagen hacia el pasado sobre cómo eran las estructuras que habitaban la arteria 50 años atrás.De aquel pasado reciente pocas cosas quedan, sin embargo, muchas otras se extrañan. A sor Filomena, una de las partícipes de aquel entonces, le hace falta especialmente el silencio, que se ha visto reducido por los negocios que existen en la cercanías del hogar, que además sirve de escuela internado de jovencitas. “Además, los productos que compramos lo pagamos como ricas, porque vivimos en Piantini, aunque somos religiosas que trabajamos con pobres”, dice la religiosa de las Hermanas de los Sagrados Corazones de Jesús y María. Opuesto en la situación en que se encuentrany coincidencialmente también en el sentido donde están localizados en la avenida Gustavo Mejía Ricart, Thairon Lorenzo tiene otra historia que contar. Hace dos años su familia, que es venezolana, adquirió la panadería Pan Express, ubicada en las cercanías con la avenida Luperón. Fue una oportunidad importante para ellos, especialmente porque la concentración de negocios que está ocurriendo en la zona les indica que su negocio, el cual remodelan con disimulo, tiene futuro por mucho.
Ambos casos retratan los cambios frutos de la modernización de la vía, que para algunos es el incentivo para su salida, sin embargo, para otros es la llamada a la inserción a la tierra prometida.
EL NOMBRE EN HONOR A UN JURISTA
Gustavo Adolfo Mejia Ricart, según la reseña bibliográfica que guarda el libro “Las calles de Santo Domingo, nació en 1893. Fue un jurista e historiador, catedrático universitario. Ocupó puestos en la administración pública, además, entre sus obras se encuentra “Historia de Santo Domingo”, “Acuso a Roma”, “El Descrubrimiento y la conquista”, “José María Heredia y sus obras”, entre otras. Dentro de los géneros literarios que ejercitó estuvieron el teatro, el cuento y la novela, además, la antología y el ensayo.
Por Rainier Maldonado