La plata china para la construcción de casas, la chispa que hará explotar Mendoza
agosto 26, 2014 5:22 am . Noticias.
Mendoza, Argentina.– El proyecto para la construcción de más de 6 mil casas con un préstamo del banco chino ICBC por 480 millones de dólares encenderá la discusión política en la provincia. Diputados comienza a tratarlo a comienzo de la próxima semana. Los radicales plantean dudas y adelantan votar en contra. Los intendentes presionarán para que se apruebe. A un año y medio de dejar el gobierno, Pérez encuentra una carta fuerte para salvar la ropa. En noviembre del año pasado, cuando firmó el acta con los chinos, dijo: “A partir de este momento van a comenzar a contarme las costillas”.
Al promediar la semana, Roberto Iglesias, quien fuera intendente de la Capital en dos oportunidades, gobernador de la provincia entre 1999 y 2003 y diputado nacional, en su primera aparición pública tras la muerte del cacique indiscutido del radicalismo en Capital, Víctor Fayad, lanzó sin tapujos que su partido ya tiene la elección a gobernador ganada en el 2015, pero tras cartón aclaró: “El único que puede hacer perder a la UCR es el propio radicalismo si es que no hace las cosas bien y se equivoca”.
Además de inclinarse a favor de que su partido forme parte de un acuerdo amplio opositor para derrotar al kirchnerismo el próximo año, con Mauricio Macri adentro del frente– hoy, sin dudas la piedra del escándalo que divide tanto a radicales, socialistas, a los integrantes de Proyecto Sur y a la Coalición Cívica de Carrió dentro del Frente Amplio Unen–, Iglesias disparó también algunas definiciones de alto impacto político, codificadas y con destino directo a Julio Cobos y Alfredo Cornejo, al sostener que el radicalismo de la Capital, ahora sin Fayad, deberá asentarse en la identidad y en la impronta que lo llevó a conducir de manera hegemónica la Ciudad desde 1983 a esta parte.
Sus dichos, cifrados, tienen como destino a quienes hoy, dentro del radicalismo, protagonizan la vida pública del partido y que lo movilizan de cara a la esperanza por volver al Gobierno provincial en el 2015. El ex gobernador, aunque lo niega y lo niegue, en la intimidad se prepara para organizar un desembarco grandilocuente en el territorio que gobernó en dos oportunidades y en el que tanto Cobos, como Cornejo, han puesto la mira para administrar el capital político que, de alguna manera, queda huérfano sin Fayad.
Los radicales, en verdad, frente a una oportunidad real de volver a contar con la confianza de la ciudadanía, ya sea dentro de un frente a nivel nacional, o solos y puros como UCR en Mendoza, se enfrentarán a sus propios fantasmas, temores, miedos y amenazas que harán peligrar los principales objetivos, como dice Iglesias.
El debate que se viene por la autorización legislativa que necesita el gobierno de Francisco Pérez para darle vía libre al ingreso de los 480 millones de dólares del banco chino ICBC que tendrían como destino la construcción, se calcula, de unas 6.500 viviendas, puede erigirse en uno de los problemas inmediatos a los que se enfrentará el radicalismo, con algunas serias consecuencias. Hay varias razones para pensar así. Una de ellas tiene como protagonistas absolutos a los intendentes radicales (Cornejo de Godoy Cruz; Abed, de Junín; Mansur, de Rivadavia; Suárez, de Capital y Pinto de La Paz) que presionarán en la discusión interna que se dará el partido para que sus legisladores voten a favor del plan para financiar viviendas sociales con fondos chinos.
A mediados de la semana que se avecina, Diputados comenzará la discusión en dos comisiones sobre los detalles del proyecto. Por las comisiones de Vivienda y Hacienda pasarán entre otros, Omar Parisi, el titular del IPV; Javier Lupiañez, representante del ICBC en Mendoza y hasta las empresas constructoras que operan en la provincia. Algunos radicales han adelantado que el partido podrá votar negativamente el avance de este proyecto y de la operatoria.
Los radicales aducen, como el diputado nacional Enrique Vaquié, que la provincia no está en condiciones de tomar un préstamo en dólares porque el crédito implica “un costo financiero que excede cualquier tipo de razonabilidad: en los últimos doce meses, la cotización oficial del dólar estadounidense aumentó su precio 50 por ciento. Imaginemos entonces –agrega Vaquié– el costo que deberá asumir Mendoza si a esa diferencia en el tipo de cambio le agregamos la tasa de interés y los gastos administrativos. No resulta aventurado pensar en un costo financiero de 55 por ciento anual como mínimo”.
Lo de Vaquié es atinado. Hoy no conviene, no están dadas las condiciones. Pero desde el gobierno aclaran que no es la provincia, como Estado, la que tendrá que pagarle al ICBC, sino más bien los beneficiarios de las más de 6.500 casas que se piensan construir. Con lo que, seguramente, uno de los condimentos que darán sabor al debate que se viene, si las cosas son así, será el cálculo de a cuánto ascenderá el valor de las casas terminadas y el monto de las cuotas que deberán pagar los beneficiarios. Y, como el préstamo que darán los chinos es a pagar a 15 años, quienes están cerca del proyecto dicen que se que eberán calzar los plazos de los créditos individuales que se otorgarán por medio del IPV a esa misma cantidad de años.
Hay otros aspectos que generarán algunas preguntas en la Legislatura. Si el proyecto prevé construir 6.500 casas aproximadamente y para financiarlas existirán 480 millones de dólares, cada casa tendrá un valor terminado de 74 mil dólares (calculados al precio del dólar blue), es decir, un poco más de 1 millón de pesos por cada unidad. Pero a montos actuales, las constructoras que operan con el IPV cotizan el metro cuadrado con urbanización en el orden de los 8 mil pesos, casi 600 dólares.
Los 74 mil dólares que se destinarían a financiar cada casa da como resultado que para una vivienda típica del IPV del orden de los 60 metros cuadrados, el valor del metro cuadrado terminado, con todo incluido se ubicaría en el orden de los 1.200 dólares, es decir, casi 17 mil pesos, el doble. Los números y los cálculos, así, no cierran. Claro que hay que tener en cuenta el costo financiero, el administrativo y todos aquellos ítem que hacen engrosar los valores que deberán pagar las personas beneficiadas.
La discusión técnica sobre los números y el otorgamiento del crédito a la provincia serán, sin dudas, argumentos que los radicales utilizarán para sacarse las dudas en la Legislatura y justificar, si así lo entienden, la negativa que hoy están adelantando. Si los radicales se oponen, la operatoria se caería porque necesita de una mayoría especial para ser aprobada, es decir los dos tercios de cada una de las cámaras.
Sin embargo, quienes presionarán a los mismos legisladores serán los intendentes de todos los partidos y los legisladores radicales que tienen pensado oponerse tendrán ahí un hueso duro de roer. Las viviendas serán distribuidas, según adelantó Pérez en su momento, de acuerdo con el cupo municipal que fija la participación municipal de impuestos. Y todos los caciques ya están haciendo cuentas. Cornejo, por ejemplo, en Godoy Cruz, podría recibir el 12 por ciento de todo lo que se reparta, una cifra extremadamente apetitosa para el intendente y mucho más si las mismas comienzan a distribuirse y construirse en un año electoral en el que se pondrá mucho en juego, o casi todo el capital político que cada uno tenga.
El plan de viviendas especial con plata china se meterá de lleno en la campaña electoral. El peronismo, si avanza la negativa de los radicales a prestar su voto para la aprobación del plan, saldrán a denunciar los intereses puramente electorales de su principal adversario. Que de eso nadie tenga dudas. Y el radicalismo, como evidentemente se especula, hará lo propio, argumentando que el único objetivo del gobierno peronista de Pérez, frente a tanto mal humor en contra de su gestión, será el de ventilar el logro como lo más trascedente conseguido en cuatro años al frente de la conducción de la provincia.
En noviembre del 2013, cuando Pérez de gira por china firmó el acta compromiso con la constructora CCCC, la que manifestó el interés por la construcción de viviendas haciendo pie en la Argentina vía Mendoza, respiró aliviado. Pero cuando este periodista presente allí le preguntó si había evaluado alguna explicación para el caso de que el plan se cayese y terminara en un fiasco, dijo: “A partir de este momento van a comenzar a contarme las costillas”. Y muchos, ya están en eso.