Si el gobierno dominicano decide someter a Haití ante la Organización Mundial de Comercio (OMC), no sería la primera vez que la RD esté involucrada en disputas comerciales. Desde la fundación de ese organismo en 1995, hemos estado envueltos en trece disputas, una como reclamante, siete como acusado y cinco como vinculado, aunque algunas de esas disputas se refieren a un mismo asunto.

Como reclamante actuamos en julio del 2012 contra Australia debido a regulaciones de ese país que afectan las marcas y el empaquetado de los productos.

En el 2003, la RD fue acusada por Honduras por el impuesto selectivo sobre los cigarrillos, alegando que al producto hondureño se le daba un tratamiento más desfavorable que al fabricado aquí o importado de terceros países. Posteriormente abarcó también al impuesto transitorio del 2% sobre las importaciones y a la comisión cambiaria del 4.75%. Salvo un par de aspectos secundarios, la RD salió bien del asunto.

Otro caso significativo fue iniciado en el 2010 por nuestras tarifas sobre sacos de polipropileno, las que Costa Rica objetó, seguida por Guatemala, Honduras y El Salvador. La OMC trató la tarifa como una medida de salvaguardia y la rechazó, requiriendo el retorno a la tarifa anterior.

En el caso de los plásticos, si Haití alega que la prohibición obedece a razones ambientales y puede demostrar que no es discriminatoria, es decir, que se aplica por igual a cualquier producto similar, importado o doméstico, será difícil que la RD pueda ganar el caso.

Dado que el monto total de lo que la RD exporta a Haití es muchas veces mayor que lo que importa de allá (excluyendo las «importaciones» de mano de obra), es posible que el gobierno prefiera buscar otras vías para llegar a un arreglo. O quizás no quiera lucir indiferente y someta el caso, a sabiendas de que el proceso de reclamo ante la OMC puede durar hasta 15 meses, si la decisión es apelada.

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