Las aplicaciones y ventajas del fideicomiso son muchas en RD
enero 2, 2013 12:30 am . Noticias.
En los últimos meses el término “fideicomiso” ha saltado a los medios de comunicación, con motivo de la entrada en vigencia de la Ley 189-11, “Ley para el Desarrollo del Mercado Hipotecario y el Fideicomiso”.
Se trae a colación como el instrumento que se utilizará para el financiamiento de la construcción de viviendas de bajo costo, para hacer más rentable la inversión de los fondos de pensiones, para la dinamización del mercado de valores, para las obras de infraestructura, el desarrollo del sector turístico, la inversión extranjera, entre otras iniciativas. La noción, de por sí extraña a la cultura jurídica y económica de la República Dominicana, genera pues duda y curiosidad, en cuanto a su alcance y utilidad.
Quizás la referencia más sonora al fideicomiso nos llega a través del cine y la televisión, ya que en muchas producciones se recogen las situaciones en que la fortuna de una familia o la herencia dejada a un hijo se encuentra resguardada “bajo un fideicomiso”, expresión que aparece como la traducción de la palabra “trust”.
Sin embargo, aunque fideicomiso y trust presentan mecanismos de funcionamiento y efectos equivalentes, el uso que se les da a ambas figuras resulta un tanto diferente.
En el trust, como en el fideicomiso, una o varias personas (settlors o fideicomitentes) transfieren ciertos bienes a favor de otra persona (trustee o fiduciario) para que este los administre o bien los traspase posteriormente a sus destinarios finales (beneficiaries o fideicomisarios).
La utilización del trust resulta natural en las sociedades anglo-americanas para planificación patrimonial y protección fiscal.
Con esas características es que quizás se podrían citar en nuestro país algunos antecedentes, recogidos apenas en el anecdotario popular, de fideicomisos sucesorales constituidos en el exterior.
En la sociedad norteamericana y en las jurisdicciones off shore, por ejemplo, es común que una o varias personas coloquen su fortuna bajo fideicomiso, aislándola del patrimonio de cada uno de los miembros de la familia, con lo cual obtienen una inversión más rentable, evitan que los herederos dilapiden los recursos, al tiempo que reducen riesgos e impuestos, ya que dicho patrimonio queda separado de las partes interesadas y su administración se deja a cargo del trustee (fiduciario).
Latinoamérica adopta la misma ingeniería del trust para la construcción del fideicomiso como un vehículo moderno, utilitario y poderoso, que permite ejecutar de forma eficiente proyectos de inversión, pública o privada.
Sin despreciar sus ventajas como instrumento de organización patrimonial, el fideicomiso latinoamericano sale del secretismo que caracteriza el trust y se convierte en un verdadero impulsor del desarrollo, producto de la seguridad que otorga a las inversiones y las ventajas operativas que ofrece.
Sus beneficios son inmensos: seguridad, dado que los bienes colocados en fideicomiso conforman un fondo especializado, un patrimonio autónomo, aislado de los intereses particulares de quienes intervienen en el negocio; confiabilidad, dado que ese patrimonio queda bajo la administración profesional de la fiduciaria, empresa regulada y supervisada por el Estado; transparencia en el manejo de los recursos, al exigir contabilidad separada, con rendición periódica de cuentas; estabilidad a largo plazo, al margen de coyunturas políticas; todo unido a su flexibilidad, que permite manejar en fideicomiso cualquier operación de lícito comercio.
Las claves
Beneficios
Los beneficios del fideicomiso son inmensos: seguridad, dado que los bienes colocados en fideicomiso conforman un fondo especializado, un patrimonio autónomo, aislado de los intereses particulares de quienes intervienen en el negocio; confiabilidad, dado que ese patrimonio queda bajo la administración profesional de la fiduciaria, empresa regulada.