Lo especial del oro
abril 17, 2013 7:13 am . Noticias.
Ayer su precio subió un poco, después de bajar abruptamente el lunes. Fascina a los seres humanos, desafía pronósticos y quienes lo compran no suelen ni recibirlo ni usarlo. Es un producto especial, que comparte las características de una obra de arte, de una moneda y de un ícono religioso. Quienes lo adquieren esperan que suba de valor, como quien compra un apartamento en planos, aguarda a que se construya y luego lo mantiene cerrado hasta que llegue el mejor momento de venderlo.
El oro no es amigo de la prosperidad ni de la estabilidad. El crecimiento económico no le agrada porque hace que otras cosas, como petróleo, cobre y acciones de compañías sean opciones de inversión más rentables. Y la baja inflación le perjudica, ya que implica que no hay por qué temer que las monedas pierdan su poder adquisitivo y sea mejor salir de ellas.
Es un refugio, y como todo refugio su valor depende de la adversidad. Sería ilógico entrar en un sótano para protegerse de huracanes y tornados si el clima es plácido y el sol radiante. Y es una reserva, utilizada sobre todo por los bancos centrales.
Se usa en joyería y en la industria, pero si la demanda fuese motivada sólo para usarlo en esos fines, su precio sería mucho más bajo que lo que actualmente es. Es un precio que depende de lo que se crea que puede pasar con muchos otros precios en la economía, razón por la que es tan difícil hacer pronósticos acertados y por la que los analistas prefieren hablar de «tendencias» de mediano plazo, en lugar de intentar anticipar los cambios de un día para otro.
Por esa dependencia de otros eventos, suele haber confusión sobre cuál evento específico provocó que el precio del oro subiera o bajara. Y esa realidad se complica puesto que esos otros eventos no suceden uno a uno, sino en grupos, dando origen a interpretaciones falsas. Algo así sucedió esta semana y nos referiremos a ello en otra columna.