Desde que en 2010, la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNISDR) iniciara la campaña Desarrollando ciudades resilientes, ante el incremento de la concentración de poblaciones en zonas urbanas altamente vulnerables, se han multiplicado las acciones para hacer que las ciudades estén menos expuestas a potenciales desastres producto de fenómenos naturales y del cambio climático. Con esas iniciativas se procura que sean capaces de superar de manera eficiente desastres ocasionados por fenómenos naturales, desabastecimientos y otras crisis.

En el país, cuatro gobiernos locales -Distrito Nacional, Santiago, San Pedro de Macorís y Las Terrenas- recientemente suscribieron una declaración para dejar conformada la Coalición Nacional de Ciudades Resilientes (CNCR).

La declaración parte del reconocimiento de que el cambio climático representa uno de los más grandes desafíos de la humanidad, por sus impactos negativos en los ámbitos económico, social y ambiental, entre los que identifica la pérdida de zonas costeras por el incremento del nivel del mar, el aumento de las inundaciones y la caída de la producción agrícola, por la presencia de sequías y tormentas más intensas, así como la disminución en la disponibilidad de agua fresca y potable.

¿Por qué una coalición de ayuntamientos? “Porque son personas jurídicas descentralizadas, que gozan de autonomía política, fiscal, administrativa y funcional, gestoras de los intereses propios de la colectividad local, con patrimonio propio y con capacidad para realizar todos los actos jurídicos que fueren necesarios y útiles para garantizar el desarrollo sostenible de sus comunidades y habitantes”, expone el documento firmado.

En él también se advierte acerca de la importancia de la adaptación al cambio climático mediante la adopción de políticas y medidas para reducir la vulnerabilidad y garantizar la sostenibilidad de las acciones económicas y sociales en las diferentes divisiones territoriales, a través de la planificación adecuada de los usos de suelo.

Los alcaldes y la alcaldesa firmantes son Emérito Salcedo Gavilán, del Distrito Nacional; Ramón Antonio Echevarría, de San Pedro de Macorís; Juan Gilberto Serulle, de Santiago, y Marina Vanderhorst Galván, de Las Terrenas. La coalición cuenta con el apoyo financiero y técnico de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid) en el marco del Programa Medidas de Adaptación al Cambio Climático, que es implementado por el Instituto Dominicano de Desarrollo Integral (IDDI).

Mediante el acuerdo firmado, los cabildos miembros de la coalición se comprometen a trabajar para incrementar la resiliencia en sus ciudades, garantizar la toma de decisiones participativas e inclusivas y fomentar el intercambio de información y experiencias entre las ciudades. “Esto permitirá fortalecer los lazos de colaboración interinstitucional y la solución en conjunto de los problemas que afectan sus territorios en relación a los impactos negativos del cambio climático”, recoge el documento.

Plantea, además, que la coalición propiciará la implementación de planes de ordenamiento, tomando en cuenta las vulnerabilidades y la capacidad de adaptación de las comunidades para que resistan los embates del cambio climático, garantizando que sus poblaciones continúen su desarrollo de manera sostenible.

En cuanto a la responsabilidad de las ciudades frente a los ciudadanos, indica que adquieren la obligatoriedad del trabajo conjunto, para el cumplimiento de las prioridades, la gestión de riesgos y la resiliencia, que han sido identificados por los diferentes sectores como prioridades.

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LA COALICIÓN RECIBIRÁ UNA ASISTENCIA ESPECIALIZADA
Las ciudades de la coalición recibirán asistencia técnica especializada, fortalecimiento institucional, capacitación, mejoramiento y construcción de pequeñas obras comunitarias, entre otros mecanismos, para contribuir al incremento de la resiliencia urbana.

Asimismo, trabajarán conjuntamente en la definición de indicadores para la sostenibilidad y resiliencia, a través de los cuales podrán determinar los niveles de avance y estrategias específicas en cada territorio, así como monitorear la eficiencia o pertinencia de las iniciativas que se implementen.

En adición, se fomentará el compromiso y la integración entre las ciudades socias en la temática de adaptación local al cambio climático, facilitando en dichas ciudades iniciativas que reduzcan los posibles efectos negativos y potencializar los positivos, tanto en aspectos económicos, políticos, ambientales y sociales, de acuerdo a un documento firmado por los municipios.

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