Mentalidad urbana
octubre 4, 2012 6:22 am . Noticias.
Situaciones difíciles, como por la que atraviesa la economía dominicana, pueden servir de ocasión para revisar situaciones y procesos subyacentes que en condiciones normales pasan desapercibidos.
El centro de atención se encuentra actualmente colocado sobre el déficit fiscal y sus secuelas, pues implica la necesidad de elevar las recaudaciones y priorizar el gasto público. Cada sector se está posicionando para impedir ser objeto de más gravámenes y el gobierno ha prometido que enfatizará sus gastos en educación y demás partidas sociales.
Pero un asunto preocupante, referente al estado de nuestras zonas rurales, no ocupa en estos momentos una posición relevante. Se observa en el debate y en los planteamientos el predominio de una evidente mentalidad urbana, lo que no es extraño ya que las ciudades concentran la mayor parte de la actividad económica y el poder político del país tiene sus fundamentos en las ciudades. La RD no tiene movimientos campesinos de significación, como los hay en Perú, Bolivia y México. Aquí las organizaciones sociales basadas en el campo son usualmente débiles, muchos propietarios de fincas no residen en las zonas donde ellas están, la fragmentación de la propiedad rural crea grandes ineficiencias, la producción agrícola está sujeta a elevados riesgos naturales, el sector agropecuario no es atractivo para el crédito bancario y los productores tienen niveles reducidos de capital y están obligados a superar grandes obstáculos.
Es un proceso acumulativo. Más y más personas emigran a las ciudades, aumentando el poder político urbano. Predios agrícolas quedan sin usar, con vocación de ser vendidos para la construcción de casas, calles o villas. Los importadores reemplazan a los productores locales, afectados por altos costos. Y los residentes urbanos, políticamente más activos, demandan empleos y subsidios al gobierno, incrementando el déficit fiscal.
POR GUSTAVO VOLMAR