Proyecto energía por olas de la UASD está detenido

agosto 31, 2012 7:27 am . .

Santo Domingo.–  Desde hace cinco años, en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) se trabaja en un proyecto de generación de energía eléctrica a través de las olas del mar. De los 52 proyectos de investigación que ejecuta la academia estatal, considera éste como uno de los más importantes. Y es que puede traer una patente.

Ilusionados, la profesora de Física Edith Paulino, el ingeniero industrial Sixto Espejo y el estudiante de término de Física Albert Núñez, comentan a DL cómo el proyecto «PulsoPropulsor» contribuiría a la calidad del servicio eléctrico nacional con un novedoso sistema de almacenamiento de energía de las olas a través de acumuladores o bancos de baterías. Sin embargo, está detenido por falta de dinero.

Son RD$2.5 millones los que le hacen falta al trío para construir la estructura que servirá de prototipo para probar que su proyecto resulta. Sería instalada en las proximidades del Acuario Nacional, en la avenida España.

«Nuestro país tiene 1,576 kilómetros lineales de costa; de esos, el 70 por ciento es factible para este proyecto por la profundidad que presenta. Implementando este tipo de energía podemos colocarlo en gran parte del litoral del país, primero como protección de la degradación de la costa en muchos lugares donde el mar ha ido entrando, y para darle energía de calidad y a buen precio a las zonas turísticas», dice el ingeniero Espejo.

La energía marina es usada desde hace siglos. La novedad es que mientras en otros países usan un sistema instalado mar adentro para aprovechar la corriente -que resulta costoso y con dificultades de almacenamiento-, en República Dominicana se busca que sea en la costa para beneficiarse de las olas y acopiar la energía, a un precio bajo.

Con RD$500 mil que ganaron con el proyecto en el renglón Investigación del premio «Brugal cree en su gente», de la Fundación Brugal, los investigadores iniciaron los primeros pasos de su invento. Pero, una vez agotado el dinero, se ha detenido el proceso en su fase media.

Señalan que han solicitado apoyo en diferentes instituciones locales y extranjeras, sin obtener respuesta. «La idea inicial la propusimos a Fondocyt (Fondo Nacional de Innovación y Desarrollo Científico y Tecnológico) y no tuvo acogida. Y luego, con los reglamentos que tiene, vimos que con este proyecto hay que construir fuera y no queda dentro del marco del Fondocyt», explica la docente Paulino.

¿De dónde vino la idea?

En el 2006, Núñez se mantenía detrás de la profesora Paulino -que en ese entonces era la directora del Instituto de Física-, contándole que tenía un proyecto.

La insistencia del alumno finalmente logró que ella se detuviera a escucharlo. La maestra consideró que había luz en su idea, y junto con Espejo, han convertido su plan en parte de su rutina.

Hoy, los tres se imaginan una estructura capaz de generar energía en el orden de los mega en varios puntos del litoral costero. «Hay que hacer una inversión muy grande ahí, que ya eso sería inversión de Estado», dice la profesora Paulino.

Aunque están conscientes que en el tema de la energía eléctrica se mueven intereses económicos, Núñez señala que lo importante del proyecto es que es tecnología dominicana que persigue reducir costos a base de energía renovable. Inclusive, consideran que Haití podría beneficiarse con la extensión del sistema a su territorio.

«La universidad no sabe que está manejando. Hay países desarrollados que están queriendo hacer esto. Sería un paliativo a la energía y disminuiría el subsidio», concluye la profesora Paulino.

La estructura

La idea es montar en una plataforma en el mar una estructura de no más de cinco metros cuadrados que almacene y distribuya la energía generada por las olas. «Después de hacer la prueba piloto, calculamos que en un año podemos empezar a producir», dice la maestra Paulino.

Según sus cálculos, un metro cuadrado de área de mar puede generar entre ocho y 10 kilos de energía. No importa que haya un nivel alto o bajo de olas, siempre habrá energía almacenada.

POR MARIELA MEJÍA

Publicado en diariolibre.com

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