Sistema informal
julio 5, 2012 1:46 am . Noticias.
Es común considerar la informalidad como una enfermedad, y a los informales como tristes víctimas marginadas de los beneficios de la economía regular. Pero, si es así, ¿por qué está creciendo en gran parte de Latinoamérica, incluyendo la RD?
Las limitaciones que la informalidad conlleva son evidentes. Una de ellas, quizás la más mencionada, es la incapacidad de acceder a créditos bancarios a tasas de interés de mercado, lo que obliga a los informales a financiarse con usureros, compradores o suplidores a costos altísimos.
Pero hay que ver también el otro lado de la balanza. La informalidad permite que los bienes y servicios vendidos no paguen impuestos, las ganancias no están gravadas, no hay pagos a la seguridad social ni salario mínimo, se elimina el papeleo administrativo, no hay que llevar contabilidad organizada, los activos fijos no son fiscalizados, se evitan permisos, certificaciones y demás retrasos burocráticos, y podríamos seguir mencionando cosas.
Prácticamente ningún economista, incluyendo el autor de esta columna, piensa que la informalidad es conveniente. Quisiéramos que desapareciera y que todos los informales puedan ser sujetos de crédito, paguen impuestos, puedan tener pensiones y reciban ayuda técnica y gerencial. Pero para lograr ese propósito hay que admitir que la informalidad, como todo en la economía, es un asunto de costos y beneficios. Sólo si los beneficios de la formalidad exceden a sus costos habrá un verdadero interés en dejar de ser informal.
Y reconocer también que la informalidad es un sistema enlazado. No sólo son informales los negocios, sino también los empleados, las casas o edificios en que operan no tienen títulos, los acuerdos entre partes no son contratos legales, hay conexiones eléctricas irregulares, no hay controles de calidad y los pagos son en efectivo.
La informalidad no es un hecho individual, es todo un sistema paralelo.
POR GUSTAVO VOLMAR