Superávit corriente

mayo 21, 2014 7:11 am . .

El anuncio del Banco Central de que el país tuvo un superávit de cuenta corriente en el primer trimestre del 2014, el primero en siete años, ayuda a la creación de expectativas favorables a la estabilidad cambiaria.

Pero a algunos lectores les llamó la atención que ese superávit haya coincidido con la aplicación del Sexto Manual de Balanza de Pagos y Posición de Inversión Internacional del FMI, y cuestionaron si se debe a eso.

En realidad, la sexta versión del manual mantiene la misma estructura de cuentas de balanza de pagos utilizada en la versión anterior, agrupadas por transacciones corrientes, financieras y de capital, y lo que busca es mejorar la relación y consistencia de los datos externos con los de las cuentas corrientes, así como ubicar con mayor precisión varios tipos de operaciones consecuencia de la globalización económica.

La suma de las transacciones corrientes y de capital es vinculada a las cifras de capital de las cuentas nacionales, como préstamos netos cuando el país suple fondos al resto del mundo, y como deudas netas cuando ocurre lo opuesto.

En lo que toca a la cuenta corriente, las modificaciones tienen que ver con la clasificación de las mercancías, pero no alteran el saldo de la cuenta.

Más importantes son los cambios en el tratamiento de la inversión extranjera directa, cuya categoría es ampliada a fin de incluir operaciones financieras realizadas entre empresas relacionadas, antes tratadas como inversiones de cartera u otras inversiones.

En 1948, poco después de su creación, el FMI elaboró su primer manual de balanza de pagos a fin de recabar datos coherentes de sus países miembros.

La sexta versión reconoce la importancia de los flujos financieros internacionales, y persigue identificar vulnerabilidades potenciales de la economía no sólo respecto a los cambios en dichos flujos, sino también en relación con los balances acumulados de las inversiones.

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