Vulnerabilidad permanente

octubre 29, 2012 6:24 am . .

La historia se repite. Aunque el ciclón Sandy no impactó directamente al país, volvimos a ver escenas de daños similares a las que vimos en ocasiones anteriores, muchas de ellas en los mismos lugares donde ya habían acontecido previamente. Por nuestra ubicación geográfica algunos tipos de daños, como los de la producción agrícola, son difíciles de evitar. Pero otros, como inundaciones de calles, colapsos de viviendas, caídas de líneas eléctricas y derrumbes de puentes, son prevenibles.

Las sociedades en las que una parte significativa de sus integrantes están sujetos a tales pérdidas recurrentes de su patrimonio tienen pocas posibilidades de desarrollo. En nuestro caso las pérdidas son tanto individuales como colectivas. Afectan a las personas directamente, que pierden casas, vehículos, herramientas de trabajo, aparatos eléctricos, enseres del hogar, fuentes de ingreso y hasta sus propias vidas, haciéndoles dependientes de dádivas y otras formas de ayuda. Pero les afecta además de modo conjunto, pues al fallar los servicios públicos los soportes colectivos de su existencia también se desvanecen. Quedan incomunicados, sin recibir atención médica o docencia, y a merced de delincuentes prestos a sustraer lo poco que de sus posesiones queda.

Además, como las propiedades públicas y las familiares no tienen cobertura de seguros, tampoco se dispone de los medios necesarios para reparar los daños.

El sentido de vulnerabilidad que esa situación produce tiene graves implicaciones para las actitudes de la población, pues genera inseguridad, informalidad, pesimismo, dependencia y falta de iniciativa.

Es tal la importancia de la vulnerabilidad, cualquiera que sean sus causas, que se dice que la crisis económica actual en los EE.UU. y Europa ha sido más prolongada porque ha afectado la riqueza personal vía una reducción sin precedentes recientes en el valor de las viviendas.

POR GUSTAVO VOLMAR

Publicado en diariolibre.com

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