Un verdadero palo

julio 22, 2013 10:37 am . .

Uno de los mencionados como posibles adquirientes de las operaciones de Orange aquí es una empresa llamada Digicel. No es un nombre que sea familiar para los dominicanos, ni tampoco para los estadounidenses, argentinos, peruanos, colombianos, ingleses, españoles, franceses, rusos, japoneses, chinos, hindúes, egipcios, nigerianos, sudafricanos, israelitas, turcos, canadienses o de casi cualquier otro país.

La razón de ese desconocimiento obedece a que Digicel parece tener una especial afinidad con las islas, en especial las más pequeñas. Salvo su reciente entrada, a partir del 2006, en El Salvador, Honduras, Panamá, Guyana y Surinam, su negocio han sido mercados como Jamaica, Barbados, Dominica, Guadalupe, Trinidad y Haití, más un conjunto de islas e islotes en el Océano Pacífico con nombres como Tonga, Nauru, Samoa, Fiji y Vanuatu. Por el número de usuarios, aunque no por ingresos, Haití es hoy su principal base de operaciones, donde el año pasado adquirió a su mayor competidor por cerca de US$100 millones.

Su origen se debe a una oportunidad. En el 2001 el gobierno de Jamaica decidió romper el monopolio que hasta entonces había tenido la empresa Cable & Wireless, por cierto otro de los mencionados como posibles compradores de Orange Dominicana. Un irlandés apellido O’Brien se dio cuenta de que los jamaiquinos estaban cansados del mal servicio que tenían, y decidió establecer una red móvil allá. Fue todo un éxito.

A partir de entonces Digicel ha estado a la caza de oportunidades, comprando compañías, ganando licitaciones de frecuencias, o entrando en mercados recién desregulados. No es ajena, por lo tanto, a los conflictos con reguladores, litigios por tarifas de interconexión y disputas tributarias. Pero tiene también su lado social, auspiciando deportes, escuelas y ayudas en casos de desastres naturales.

Si Digicel compra Orange, estaría dando un verdadero palo.

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